Desde pequeña, entendí que la vida es cambio constante y transitoriedad. Esta comprensión, junto con mi proceso de crecimiento personal, me ha llevado a ser terapeuta y psicóloga.
Siempre me ha atraído el niño interno de las personas, ese aspecto muchas veces olvidado o desatendido. Acompaño a cada individuo en un espacio seguro para que encuentre sus propias respuestas, brindándole herramientas para transformar crisis en oportunidades de crecimiento.
Concibo a la persona de manera integral, considerando los tres centros de conciencia: mental, emocional y corporal. Creo en la importancia de escucharlos por igual para lograr coherencia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos.
Mi profesión es un privilegio que me permite acompañar a otros en su camino. Valoro profundamente la confianza que depositan en mí y estoy agradecida por lo aprendido de mis maestros, la vida y mis seres queridos. ¡Gracias!