Las oportunidades están en nuestro camino pero debemos estar abiertos a la posibilidad de aprovecharlas. Muchas veces no somos conscientes de que es nuestra actitud la que nos lastra para ver las oportunidades que se abren a nuestro alrededor.

“El mundo está lleno de abundancia y oportunidades, pero muchas personas llegan a la fuente de la vida con una cuchara en vez de una pala. Esperan poco y como resultado reciben poco”

Ben Sweetland, reconocido psicólogo y escritor norteamericano

Tú, ¿ estás abierto a las posibilidades que se te ofrecen?

Las oportunidades están en nuestro camino pero debemos estar abiertos a la posibilidad de aprovecharlas.. El estado mental en que las recibimos puede marcar la diferencia en nuestro éxito o fracaso. O en las oportunidades que somos capaces de aprovechar o incluso de descubrir. En un estado mental negativo no veremos ninguna de las posibilidades que se abren ante nosotros y, por tanto, seguiremos estancados.

Por ejemplo, cuanto más ansiosos o temorosos estemos, más rápidamente nuestros pensamientos irradiarán todo ello. Y atraerán hacia nuestra vida personas y situaciones afines. Y tenderemos a darle una interpretación que cuadre con nuestro estado de ánimo.. Piensa cuando aseguramos “estar en una mala/buena racha”. Claro, la mayoría de las veces lo atribuimos al factor aleatorio de la suerte -sea ella buena o mala-.Pero si vemos un pelín más allá de nuestras narices, seguramente podremos visualizar algo en nosotros que ha generado ambas “rachas”. Y cómo hemos preferido centrarnos en lo negativo.

Absolutamente todo, desde nuestros amigos, familia, relaciones, hasta el trabajo, los problemas y las oportunidades están mediatizados por nuestro modo habitual de pensar. Porque cada uno de nosotros tendemos a conocer y relacionarnos con gente y situaciones en armonía con los pensamientos y sentimientos que nos dominan. Así cuando estamos tristes nos rodeamos de tristeza y buscamos centrarnos en las situaciones que nos dan motivos para estarlo. Y huimos de la alegría y de aquellas personas positivas y optimistas que podrían contagiarnos. Nosotros estamos escogiendo el camino de la tristeza.

Nuestro pensamiento moldea nuestra realidad. Por esta razón debemos pensar en positivo si queremos atraer a nuestra vida cosas positivas. Y enfocarnos en lo positivo, en las posibilidades y en las oportunidades. La pala y la cuchara, en el sentido expuesto, no son herramientas físicas sino mentales. Nos permiten sintonizar en menor o mayor medida con las oportunidades que existen en nuestro entorno. Y según la herramienta que escogemos vamos trazando nuestra realidad.


¿Tienes espacio para recibir las oportunidades?

La mayoría de nosotros tendemos a llenarnos de “por si acaso”. Así, acumulamos ropa, por si acaso algún día nos de ganas de usarla. O zapatos, porque las modas siempre vuelven. Pero también viejos papeles, por si algún día pudiéramos necesitarlos. Y se acumulan los viejos recuerdos, por si alguna vez necesitamos conectarnos con el pasado. En cierto modo, podemos decir que las personas no toleramos el vacío y tendemos a llenarlo de lo que sea.

Recordemos que todo ocurre de dentro hacia fuera. Nuestros pensamientos, emociones y acciones definen nuestra realidad. Pero si lo que mostramos hacia afuera es que tenemos todo lleno de “por si acaso”, el mensaje que transmitimos es que tenemos miedo a perder lo que poseemos. De que lo viejo ya nos va bien y no necesitamos nada nuevo. Y por tanto estaremos dando la espalda a nuevas oportunidades y a la opción de cambiar nuestro camino.

Porque para que algo nuevo llegue a nuestras vidas, debemos hacerle espacio

Antes de plantar un árbol tenemos que asegurarnos de que tiene algunos metros de tierra disponible. Si lo que queremos es renovar los muebles, tendremos que hacer espacio para que los nuevos puedan entrar. Lo mismo ocurre con los conceptos un poco más abstractos. O con las oportunidades y posibilidades de cambio.Necesitan espacio para poder crecer y florecer. Y somos los únicos que podemos decidir darles ese espacio.

Por ejemplo, si lo que deseamos es tener más alumnos en nuestras clases particulares, necesitamos generar vacío en algunos aspectos. Debemos actuar para que esto ocurra. Por ejemplo, habilitando otras franjas horarias, despojarnos de viejas fichas de alumnos, deshacernos de material de enseñanza que ya no utilizamos y ha quedado obsoleto. En su lugar, podemos buscar nuevos materiales de enseñanza y preparar un fichero nuevo, vacío y en blanco preparado para registrar a los alumnos que vendrán.

Ciertamente, no podemos abrirnos a nuevas posibilidades si estamos anclados en el pasado. Si queremos que las oportunidades lleguen a nuestra vida, antes hay que hacer espacio para recibirlas. Empezando por abandonar los sentimientos de conformismo y pesimismo. Debemos estar abiertos a la posibilidad de cambio y de mejora y estar dispuestos a hacer cambios para fomentarlo. Todo ello acabará trayéndonos las oportunidades que buscabas. O que ya estaban ahí pero no eras capaz de ver o de intentar.

“El universo quiere darnos todo. En el momento que cambia nuestra vibración para la abundancia, el universo comenzará a enviarnos personas, situaciones y oportunidades que reflejen ese estado interior”.

Peggy McColl, autora de numerosos libros de crecimiento personal

Necesitamos aprender a sintonizar con las oportunidades. Y, para ello, necesitamos en primer lugar revisar nuestro interior. Revisar lo que pensamos, lo que creemos y lo que sentimos. Ser conscientes de los pensamientos y sentimientos que nos lastran en la capacidad para aprovechar las oportunidades. Comprendernos a nosotros mismos nos ayudará a enfocarnos en lo que realmente queremos.

Porque no es la economía, la pareja, los amigos o el negocio. Podemos ser prósperos aún cuando el negocio vaya mal. Y al revés, podemos tener problemas financieros aún cuando el negocio vaya bien. Se trata del lado de la situación que elijamos enfocarnos, de las posibilidades que decidimos escoger. Todos vivimos rodeados de oportunidades para el éxito o la mejora aunque muchas veces nos resulte imposible verlo. ¿Lo hablamos?