Aunque cuando la estás sufriendo no lo veas así, toda crisis es una oportunidad. Una oportunidad para mejorar tu negocio y la inteligencia financiera puede ser la clave.
Tiempos de crisis
Es posible que hoy la supervivencia como empresario cobre verdadero sentido para ti. Nadie podría haber anticipado hace unos años que a tu pequeño proyecto empresarial le esperarían tantos contratiempos y adversidades. Sin embargo, aquí estás, con la misma voluntad, esfuerzo e intención que el día que comenzabas.

Por supuesto, no sólo con la satisfacción de sobrevivir, sino con el gran mérito de permanecer. Y permanecer en un momento muy complicado para la supervivencia, donde sólo algunos lo logran.
Aprender inteligencia financiera es clave
Si sigues aguantando es porque mucho has tenido que aprender. Has aprendido que el método “prueba y error” es muy malo cuando sale mal. Que el optimista y el pesimista pueden ser igual de malos consejeros. Pero también que obsesionarte o ignorar la competencia nunca es la mejor opción. Y es que si te guías por la mayoría o por la minoría, en general, terminas tomando decisiones tibias. Pero que si arriesgas mucho o poco, en cualquier caso, te reprocharás (por lo bajo) no haber sido un poco más osado o menos austero.

Y hay un denominador común en cada cosa aprendida: el azar. Sólo hoy, con todo el camino recorrido y la experiencia acumulada, sabes que en muchas ocasiones te has rendido a tu suerte. Probablemente porque no tenías más herramientas en las que confiar. Y, aunque ciertamente tan mal no te ha ido, sabes en el fondo (o no tan en el fondo) que podría haberte ido muchísimo mejor.

Básicamente porque el ciclo vital de cualquier negocio no es siempre el mismo. Existen tiempos de bonanza, tiempos de estabilidad y tiempos de crisis. Y para todos ellos -en igual proporción- hay que estar preparado. La filosofía oriental, a tal efecto, afirma que:
¿Cómo? desplegando todas nuestras habilidades, conocimientos y capacidades. Y para ello la inteligencia financiera puede ser tu mejor herramienta.
Viejos esquemas que ya no sirven
Alguien decía que los viejos esquemas de trabajo siempre fueron más útiles que los nuevos. Me refiero a eso de que “la libretita nunca falla”. Estoy convencida que la misma gente que mantiene esa convicción es la misma que cree que su clientela le será fiel toda la vida. O que la competencia nunca podrá hacerle sombra. Esos términos ya no aplican hoy en día, si alguna vez lo hicieron. En el mundo competitivo en le que vivimos la inteligencia financiera se convierte en una necesidad para ti y tu negocio.
Veamos algunas de esas creencias que aún hoy tienen vigencia y se siguen utilizando. Pero que frente al volumen de operaciones que maneja una empresa/negocio y la complejidad natural añadida por el mercado de consumo, han dejado de ser la mejor opción:
1. La popular “libreta de almacenero”.
Puede que resulte óptima cuando empiezas o para mantenerla como documentación paralela para tu consulta personal. Ahora bien, basar la contabilidad y el presupuesto de un negocio en un cuaderno de notas como única fuente de flujo de dinero y de toma de decisiones, resulta un sistema bastante arcaico. Y no tiene ningún sentido hoy en día que tenemos a mano tantos sistemas mejores, más rápidos, seguros y prácticos.

2. Las decisiones sobre la marcha.
Decisiones que tomamos en cinco minutos, producto de la presión y la inmediatez eligiendo. Pero sin bases sólidas que nos podrían llevar a la decisión correcta. Decisiones que creemos que por experiencia fallan pocas veces. Las decisiones deben tomarse siempre de forma meditada y basándonos en el máximo de datos de que dispongamos en el momento.

3. Seguir el consejo veleta o especulador.
Ese que empieza como rumor y que sale de una fuente desconocida (aunque todos afirman que es sabia) . Y se expande por doquier como si se tratara de una verdad irrefutable. Esa “verdad”, a la que le damos consistencia porque no sabemos cómo formar una opinión sobre uno (o varios) temas específicos. No podemos fiarnos de una opinión de la que no conocemos la fuente y sabemos que es fiable y fidedigna. Y menos cuando en ello va la salud y la prosperidad de nuestro negocio.

4. De la euforia a la depresión.
Del estrés al letargo. Hablamos de esos estados emocionales que te vuelven incongruente frente a las decisiones a tomar y frente a la gente de tu empresa. Esa euforia que experimentas cuando se cierra una operación importante, “se ve”. De igual forma que la frustración por un negocio insatisfactorio o por una mala noticia financiera.

No necesitas ser un gurú de los negocios, solo necesitas Inteligencia Financiera.
Tomar decisiones a corto, mediano y largo plazo sobre bases sólidas es clave Pues no sólo te asegurará la permanencia del negocio, sino que además multiplicará las posibilidades de convertir en exitosa esa permanencia. Y tampoco es un objetivo imposible. Puedes conseguirlo. Y más cuando nos encontramos en un momento de crisis global donde solo los más fuertes sobrevivirán. O los que tengan inteligencia financiera en sus negocios y actúen de una forma más capaz frente a la crisis.

Y es más fácil de lo que parece no hace falta ser un gurú de los negocios. Ni un economista experto para tomar buenas decisiones. Sólo es necesario desarrollar conocimientos y habilidades que aporten mayores certezas a cada una de nuestras decisiones. Para de esa forma asegurarnos al máximo de que conseguiremos el éxito. Para ello la inteligencia financiera puede ser el camino.

Algunos de los beneficios que te aportará la inteligencia financiera son:
- Aprender a confeccionar un presupuesto real. No puedes confiar en que la suerte siempre esté de tu lado. Ni puedes dar un paso sin saber lo que te costará y cómo lo vas a financiar. Saber confeccionar un presupuesto ajustado y real es vital para tu negocio.
- Incorporar como hábito metodologías de control y revisión frecuentes del presupuesto. La disciplina es el primer paso para obtener resultados. Sólo con un pequeño paso cada día conseguiremos un gran avance a largo plazo, ¡ Empieza ya!
- Entender cuáles son tus creencias respecto al dinero. Identificar qué “vicios” repites con frecuencia y evaluar el ajuste que corresponda. Tenemos toda una serie de creencias sobre el dinero de las que muchas veces no somos conscientes. Y estas pueden ser un lastre en nuestro camino al éxito.
- Familiarizarte con la educación financiera. Conocer alternativas para tomar decisiones más certeras. Si emprendes necesitas tener un mínimo de conocimientos financieros. Estos te salvarán muchas veces la vida y te ayudarán a tomar mejores decisiones económicas. Lo que resultará en un negocio más próspero y sólido.
- Reducir el estrés, la angustia y la desesperación que provocan las situaciones inesperadas. Estar preparados para hacer frente a ellas sin necesidad de desestabilizarnos. Por qué sabemos que llegarán y lo habremos previsto de forma que podamos responder. Y no supongan un estrés y una toma
Aprovecha esta crisis como una oportunidad para crecer como emprendedor y como persona. ¿Hablamos?